Quiero hacer hincapié en respetar a nuestro perro. Es decir saber lo que le gusta y lo que le incomoda.
¿Por qué digo esto? Porque el subir a la lancha era una novedad para él y estaba en su derecho de no querer subirse..
Miraba extrañado la embarcación porque nunca se había montado en ninguna..; se le guió como proceder y en ningún momento hizo después amagos de tirarse, escaparse, un sin fin de situaciones incómodas que podría haber pasado y que nunca sucedieron.
Iba sentado… echado.. mirando con tranquilidad..
Y después cuando acabamos del paseo, como si nada le guiamos a tierra.. ¡Tan contento!
Saber que también lo pasó bien, es un dato a tener en cuenta..